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Síndrome del Piriforme
El músculo piriforme se extiende desde la superficie pélvica del sacro al borde superior del trocánter mayor femoral. Durante la carrera o la sedestación, puede comprimir el nervio ciático en la zona donde el nervio sale bajo el piriforme para colocarse sobre los músculos gemelos y obturador interno, produciendo dolor ciático. Es un dolor crónico punzante, quemante o con entumecimiento que nace en la nalga, pero se puede irradiar siguiendo el trayecto del nervio ciático hacia abajo por toda la cara posterior del muslo y la tibia y por la cara anterior de la tibia. El dolor suele empeorar cuando se presiona el piriforme contra el nervio ciático (p. ej., mientras se está sentado en el inodoro, el asiento del coche o un sillín de bicicleta estrecho, o durante la carrera). Se diferencia del dolor por compresión del nervio ciático por material discal ya que este se suele acompañarse de dolor lumbar, en especial durante la extensión lumbar. Exploración física:
Maniobra de Freiberg: rotación medial forzada del muslo extendido, pone en tensión el músculo piriforme, produciendo dolor.
La maniobra de Pace (abducción de la extremidad afectada) despierta el dolor en el Paciente sentado.
Maniobra de Beatty, colocado sobre el lado no afectado y con la pierna afectada por detrás de la no afectada con la rodilla flexionada sobre la camilla, se eleva la pierna unos centímetros separándola de la camilla y se produce dolor en la nalga.
Prueba de Mirkin, de pie con las rodillas rectas e inclinándose lentamente hacia el suelo. Al presionar sobre la nalga en el lugar donde el nervio ciático cruza al músculo piriforme, se produce dolor que comienza en el punto de contacto y se extiende hacia abajo por la cara dorsal del muslo.
Se debe dejar de correr, montar en bicicleta o realizar cualquier actividad que produzca el dolor. Cuando el dolor empeora al estar sentado debe levantarse de inmediato o, si es incapaz, debe cambiar de postura para elevar el área dolorosa del asiento. Los estiramientos, a veces no son beneficiosos y cualquier movimiento que eleve la rodilla contra resistencia suele empeorar los síntomas. Se pueden utilizar infiltraciones de corticoides en la región donde el músculo piriforme cruza el nervio ciático que suelen producir mejoría, aunque los mejores resultados se obtienen con técnicas manuales.
Autor: Fernando Novella
Licenciado en Medicina y Cirugía Especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte Master en Traumatología del Deporte
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LIRIOS DUEÑAS MOSCARDO
Fisioterapeuta .Profesora Escuela de Fisioterapia Universidad de Valencia
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