La pierna es la región anatómica comprendida entre la rodilla y el tobillo. Los problemas en la pierna representan entre el 5 y el 15% de las lesiones deportivas, principalmente en deportes que incluyen carrera o saltos. Generalmente, se trata de lesiones repentinas o agudas producidas por caídas, saltos, traumatismos, etc. Las lesiones agudas más frecuentes suelen ser tendinitis, roturas musculares o contusiones, y en menor medida roturas tendinosas, como por ejemplo, la rotura del tendón de Aquiles.
Concretamente, la tendinitis, suele producirse por sobreuso, a causa de microtraumatismos o tensiones repetitivas que acaban produciendo degeneración e inflamación del tejido del tendón. En ocasiones, las tendinitis pueden aparecer de manera gradual o insidiosa debido principalmente a sobrecarga, sobreuso, calzado o equipamiento deportivo inadecuado, cambio en la rutina diaria o de entrenamiento en caso de deportistas o a una mala biomecánica del pie (por ejemplo, pie plano o cavo).
Respecto a las roturas o distensiones a nivel mucular, los gemelos o gastrocnemios son los músculos que se ven afectados con mayor frecuencia. En función de la gravedad, se clasifican en rotura grado I, II o III.
Otra causa de dolor en la parte posterior de la pierna es el síndrome compartimental. Éste se produce cuando se produce derrame entre la vaina que rodea el músculo, produciéndose un aumento de la presión dentro de este compartimento y produciendo un dolor intenso. Este síndrome suele producirse de forma aguda, debido a un traumatismo, una lesión por aplastamiento o cirugía. Sin embargo, también se puede desarrollar de forma crónica a causa de actividades repetitivas como correr lo cual incrementa la presión en el compartimento únicamente durante esa actividad. El dolor intenso no desaparece mediante la toma de analgésicos ni al elevar el área afectada. En los casos más serios, los síntomas pueden abarcar: disminución de la sensibilidad, entumecimiento y hormigueo, palidez de la piel o debilidad.
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